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Ser una empresa incluyente es más que un rasgo distintivo de prestigio en listados y conferencias. Es una decisión estratégica que impacta en la rentabilidad, la competitividad y la innovación. Así como, la inclusión ya no es una tendencia; es una exigencia del mercado y una oportunidad de crecimiento que ninguna empresa visionaria puede ignorar. Un entorno laboral inclusivo beneficia a las personas dentro de la organización y amplifica su impacto en toda la cadena de valor: proveedores, clientes y comunidades. Construye espacios donde la diversidad no es un reto, sino un motor de creatividad, productividad y compromiso. ¿Qué es una empresa incluyente? Más allá de contratar personas con discapacidad, una empresa incluyente entiende que la diversidad es su mayor activo. En estas organizaciones, las diferencias de origen étnico, género, edad, orientación sexual, condición socioeconómica o cualquier otra característica son impulsoras del éxito colectivo. Imagina una compañía donde un profesional de la tercera edad trabaja mano a mano con un joven recién egresado, compartiendo conocimientos, fomentando la empatía y fortaleciendo el equipo. Un espacio donde las personas no temen expresar su identidad o sus creencias porque saben que serán respetadas. Un ambiente donde la equidad salarial es una realidad, y donde cada persona es valorada por su talento y contribución, no por prejuicios o sesgos inconscientes. Dónde formar parte de la empresa es una aspiración para los mejores talentos. ¿Cómo construir una empresa incluyente? La inclusión no requiere un manual, sino acciones concretas y compromiso real. Contratación equitativa: Seleccionar talento por habilidades y experiencia, eliminando barreras discriminatorias. Ambiente laboral libre de discriminación: La diversidad se protege y fomenta activamente. Igualdad salarial: La remuneración se basa en méritos, no en género, raza u otras diferencias. Flexibilidad laboral: Modelos de trabajo que permitan el equilibrio entre la vida personal y profesional. Espacios accesibles: Centros de trabajo y plataformas tecnológicas adaptadas para todas las personas. Participación activa de los empleados: Canales abiertos de comunicación y toma de decisiones compartida. Compromiso con la comunidad: Iniciativas que generen impacto social positivo. Responsabilidad social empresarial: Estrategias que minimicen el impacto ambiental y económico negativo. Beneficios tangibles de la inclusión Las empresas a favor de la diversidad cumplen con su responsabilidad social, así como experimentan mejoras significativas en su rendimiento. Mayor innovación: Equipos diversos producen ideas más frescas y creativas. Una estrategia inteligente para el éxito empresarial Por: Gloria Nocelo, TODO ACCESIBLE ENFOQUE DE NEGOCIOS 26 CreandoValorRH | Marzo - Abril 2025 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

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