Visítanos en: www.amedirh.com.mx 25 mujeres a posiciones de liderazgo, especialmente en sectores como tecnología y finanzas. Claudia Goldin, ganadora del Premio Nobel de Economía 2023, ha pasado décadas investigando por qué, a pesar de los avances en educación y acceso al mercado laboral, las mujeres siguen ganando menos que los hombres. Su hallazgo clave: la brecha salarial no se debe sólo a la discriminación directa, sino a la forma en que está diseñado el mundo del trabajo. En muchas industrias, se sigue premiando la disponibilidad total y las largas jornadas, lo que tiende a favorecer a los hombres, quienes estadísticamente asumen menos responsabilidades domésticas y de cuidado. Goldin también evidenció cómo la llegada del primer hijo marca un punto de inflexión en la carrera de muchas mujeres, afectando sus ingresos a largo plazo. Su investigación deja claro que la desigualdad salarial sigue siendo una realidad, no por falta de talento o preparación, sino porque el sistema laboral aún no se adapta a una verdadera equidad de género. Por otro lado, la comunidad LGBTQ+ aún enfrenta barreras significativas. Un estudio de Deloitte (2022) revela que el 60% de las personas LGBTQ+ en América Latina han experimentado discriminación en el entorno laboral, e incluso, eligen no revelar su orientación por miedo a rechazo, lo que evidencia la necesidad de políticas más incluyentes y, sobre todo, de seguir trabajando para identificar los sesgos inconscientes. Hacia un modelo empresarial más sostenible El futuro de la equidad laboral en México y América Latina depende de acciones concretas y sostenidas. Entre las estrategias clave para acelerar el cambio se incluyen: Educación en temas de dignidad y respeto a los derechos humanos: incorporar programas educativos desde niveles tempranos para desmontar estereotipos y para aprender que, una cultura de paz (dentro y fuera de las empresas) se forja desde el reconocimiento de la dignidad del otro. Mentoría y redes de apoyo: impulsar programas de mentoría para mujeres y grupos subrepresentados en sectores estratégicos. Políticas de corresponsabilidad: implementar esquemas de flexibilidad laboral y licencias parentales equitativas para fomentar la participación de ambos géneros en el cuidado familiar. Transparencia salarial: exigir reportes públicos sobre equidad salarial y promover auditorías para reducir brechas salariales. Lecciones aprendidas y próximos pasos El avance de la diversidad de género en el ámbito laboral en América Latina es innegable, pero el camino hacia la inclusión plena requiere un compromiso firme por parte de gobiernos, empresas y sociedad. Implementar normativas efectivas, acompañadas de iniciativas empresariales bien diseñadas, contribuirá a un entorno laboral más equitativo y productivo. Pero más allá de los beneficios económicos, apostar por la inclusión también contribuye a construir una cultura de paz, igualdad y bienestar, promoviendo sociedades más justas y armoniosas. Comencé este artículo con una frase de Sheryl Sandberg, quien fuera directora de operaciones (COO) de Facebook, y considero oportuno cerrar citándola nuevamente: “El liderazgo de las mujeres no sólo es una victoria personal, sino una transformación para el mundo entero”. Más allá de las políticas y estrategias empresariales, la auténtica transformación comienza con un cambio de consciencia. Cada acción, por pequeña que parezca, suma a la causa de la igualdad y construye un entorno donde la diversidad no sólo se respeta, sino que se valora como un pilar esencial para el progreso. El contenido es responsabilidad de la autora. ENFOQUE DE NEGOCIOS
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